La AIJ es una enfermedad autoinmune crónica que provoca dolor e inflamación en las articulaciones. Aparece antes de los 16 años.
Si tienes Piel enrojecida, hinchazón, calor, sensibilidad al tacto y/o dolor en tus articulaciones, podrías tener AIJ. Cominícate con nosotros al (01) 221-5518 y/o escríbenos a informes@esperantra.org
¿Qué es la AIJ?
La AIJ es una enfermedad crónica que provoca dolor e inflamación en las articulaciones, es un tipo de artritis que afecta a los niños. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria, que se origina cuando el sistema inmunitario confunde las células sanas con sustancias peligrosas y ataca erróneamente a las células del propio organismo, provocando inflamación y otros síntomas.
La AIJ suele manifestarse antes de los 16 años y los síntomas pueden aparecer a partir de los seis meses de vida. La AIJ es poliarticular cuando hay varias articulaciones afectadas, por ejemplo, cinco o más articulaciones grandes y pequeñas de las piernas y los brazos, además de la mandíbula y el cuello. La AIJ es una enfermedad crónica y autoinmune de la infancia, de etiología desconocida, caracterizada fundamentalmente por la inflamación de una o varias articulaciones y la aparición de otros síntomas asociados que pueden variar según el subtipo de AIJ que se trate.
Esta inflamación afecta especialmente a la membrana sinovial, que aumenta de grosor (sinovitis) produciendo una cantidad de líquido mayor de lo normal que ocasiona dolor e inflamación en la articulación afectada.
La enfermedad se manifiesta en forma de brotes, episodios recortados de aparición de los síntomas. La repetición continua de estos brotes, así como la inflamación mantenida de las articulaciones puede producir secuelas a largo plazo como erosiones y daño articular crónico.
Los niños con AIJ pueden presentar brotes seguidos de períodos prolongados sin síntomas. Al cabo del tiempo suele producirse una remisión (la enfermedad desaparece) prácticamente sin secuelas. Sin embargo, en los niños con varias articulaciones afectadas el riesgo de presentar síntomas crónicos, incapacidad o absentismo escolar es mayor.
Es muy importante que la familia acuda a su médico habitual ante la aparición de alteraciones en el comportamiento, en el movimiento y el juego del niño. Es difícil que un niño pequeño sepa identificar o localizar el dolor, pero se encontrará más decaído, desanimado, evitará gestos o movimientos que le provocan dolor, etc.
Para detectar los síntomas, el primer paso es identificar si tu hijo siente:
* Dolor, hinchazón y aumento de calor en las articulaciones.
* Rigidez matutina, al levantarse por la mañana o tras un periodo prolongado en reposo.
* Es menos activo de lo habitual, tiene más dificultades para andar o cojera.
El comienzo de la AIJ puede ser brusco, agudo y grave y presentar síntomas visibles como mal estado general, fiebre alta, manchas en la piel, dolor en los brazos y piernas, o hinchazón en varias articulaciones.
Existen 7 formas de AIJ
1. AIJ de origen sistémico
Se caracteriza por la aparición, normalmente al inicio de la enfermedad, de síntomas generales sistémicos, es decir, que pueden afectar a otros órganos independientemente de la afectación articular:
– Presencia de fiebre alta en picos
– Erupción en la piel de color asalmonado
– Dolor e inflamación articular de una o varias articulaciones
– Aumento del tamaño del hígado, bazo o ganglios linfáticos
– Inflamación de la capa que recubre el corazón (pericarditis)
– La AIJ de origen sistémico representa el 10% de los casos y es más frecuente en niños menores de 5 años.
2. AIJ poliarticular FR positivo
Se caracteriza por la presencia, durante al menos los 6 primeros meses, de inflamación en 5 o más articulaciones, con ausencia de los síntomas sistémicos mencionados anteriormente.
Es más frecuente en niñas de entre 11 y 14 años. Afecta principalmente a las pequeñas articulaciones de las manos y de los pies pero se extiende posteriormente a otras articulaciones.
3. AIJ poliarticular FR negativo
Es una forma compleja que probablemente puede incluir distintas enfermedades. Representa el 15-20% de todos los casos de AIJ y puede ocurrir a cualquier edad. También presenta al menos 6 meses de inflamación en 5 o más articulaciones, con ausencia de los síntomas sistémicos.
4. Oligoartritis
Es la forma más frecuente de AIJ (en torno al 50% de casos). Se presenta con más frecuencia en niñas menores de 6 años. La oligoartritis afecta a menos de cuatro articulaciones en los primeros seis meses de enfermedad y según la evolución posterior, se pueden definir dos tipos de oligoartritis:
Persistente: cuando el niño continúa con una artritis mantenida, tras los primeros seis meses, de cuatro o menos articulaciones
Extendida: cuando tras los primeros seis meses, se ven afectadas más articulaciones de las iniciales, de forma simultánea o secuencial.
Entre un 10 y un 30% de los pacientes afectados con oligoartritis pueden presentar episodios de inflamación ocular, denominada “uveítis”.
Se suele manifestar en los primeros años tras el diagnóstico de la artritis y puede afectar a uno o los dos ojos. Suele tener unas manifestaciones insidiosas y a menudo ser asintomática, sobre todo en los niños más pequeños; pero dejada a su libre evolución y sin el tratamiento adecuado puede producir graves secuelas oculares como cataratas, glaucoma y pérdida de la agudeza visual. Por eso es muy importante que se realicen controles regulares por el oftalmólogo.
5. Artritis psoriásica
La presencia de oligoartritis y lesiones cutáneas típicas de psoriasis o bien artritis con una historia familiar de psoriasis, dactilitis o lesiones en las uñas, constituye el diagnóstico de un tipo de AIJ que es la artritis psoriásica.
6. Artritis con entesitis
Es la artritis que va acompañada de inflamación en las zonas de unión del hueso con los tendones y ligamentos (entesitis). Afecta sobre todo a las articulaciones de las piernas: caderas, rodillas, tobillos y dedos de los pies.
Se manifiesta normalmente en niños a partir de los 6 años (aumentando la frecuencia de aparición de la enfermedad con la edad), pudiendo estar relacionada con determinados factores genéticos (aunque tener este factor, no sea un hecho concluyente de presentar la enfermedad).
En este tipo de artritis también puede aparecer iritis aguda, que provoca ojos rojos y dolorosos y tiene un tratamiento muy eficaz.
Los pacientes de artritis con entesitis también están predispuestos a padecer brotes agudos de artritis, o ‘artritis reactiva’, ante infecciones intestinales con diarrea o infecciones urinarias.
7. Artritis indiferenciada
Consejos:
Hay muchas cosas que tú y tu familia pueden hacer por el niño con AIJ y que le ayudarán a llevar una mejor calidad de vida.
* Aliméntalo bien
Debe llevar una dieta completa, variada y equilibrada que le proporcione el aporte calórico necesario para su desarrollo.
* Debido a la enfermedad, puede tener temporadas con poco apetito y debes ayudarle con suplementos proteicos y vitamínicos.
* Si toma corticoides, debe tomar un aporte extra de calcio y vitamina D para evitar la descalcificación de los huesos
* Controla su peso
Debe evitarse el sobrepeso ya que sus articulaciones tendrán que soportar más peso del que pueden y los síntomas se agravarán.
* A descansar
El niño con AIJ necesita descansar igual que todos los niños, mantener un estilo de vida saludable, con ejercicio regular adaptado a cada momento de su enfermedad y respetando sus horarios y descansos razonables.
* Que no falte al cole
Es importante fomentar la motivación del niño para que acuda al colegio. También es importante que informes a los profesores de su situación y estés en contacto con ellos. Es probable que el profesor de gimnasia tenga que adaptar ejercicios a su situación.
* Juega con él
Algunos juegos, como modelar con plastilina o dibujar, le ayudarán a mejorar los síntomas.
* La importancia del deporte
La natación es uno de los mejores ejercicios. Relaja los músculos y las articulaciones se mueven más fácilmente sin soportar peso sobre ellas.
* Los juegos con raqueta y pelota, como el pin-pon, mejoran la movilidad de los brazos y de las manos.
* El triciclo y la bicicleta son muy útiles para mantener la movilidad articular sin forzar las articulaciones inflamadas, sobre todo cuando se afectan las caderas y las rodillas y el niño no quiere andar.
*Mejor evitar practicar deportes de mayor riesgo o en los que se produzca un mayor impacto sobre las articulaciones, sobre todo al inicio de la enfermedad o hasta que ésta esté bien controlada.
* Ejercicio: ayúdalo, motívalo, acompáñalo
El ejercicio ayuda a mantener y mejorar la función articular y la fuerza muscular.
* El fisioterapeuta comenzará un programa de ejercicios progresivo que en algunas ocasiones o cuando el niño sea muy pequeño puede ser necesario que se continúen en casa.
* Hay varias clases de ejercicios:
– Los pasivos: los que tú u otra persona le ayudáis a realizar. En la fase aguda de la enfermedad y mientras el niño permanece en la cama, puede que necesite realizar un programa de ejercicios pasivos.
– Los isométricos: consisten en contraer un determinado músculo durante unos segundos, sin mover la articulación inflamada. Se realizan cuando se supera la fase aguda de la enfermedad, para fortalecer los músculos por encima y por debajo de las articulaciones afectadas, así como para desarrollar la musculatura general.
– Los activos: son los que realiza el propio niño.
* Al baño, con agua caliente
El calor húmedo alivia el dolor, la hinchazón y la rigidez de las articulaciones. Un baño de agua caliente por la mañana y por la tarde le vendrá muy bien.
* Cuida sus dientes
Los niños con AIJ pueden tener una movilidad limitada de la mandíbula que les dificulte cepillarse los dientes. Habla con el odontólogo, te sugerirá cepillos eléctricos o de fácil uso para mantener sanos los dientes de tu hijo. Ten en cuenta que los medicamentos de la AIJ pueden afectar la salud oral y el desarrollo de los dientes.
Viajando cómodos
Ante todo, ligeros: No sobrecargues las articulaciones del niño cargándole con mochilas pesadas.
Estirar. Realiza estiramientos periódicos con tu hijo si viajas en coche o en avión.
Adelántate: Prepara todos los detalles con tiempo. Lleva la medicación necesaria para todos los días de viaje.
Descansos: Recuerda que tu hijo necesita más tiempo para descansar.
Cuidado con el sol: Recuerda que algunos fármacos incrementan la sensibilidad al sol.
Información: Antes de realizar un viaje prolongado o a un destino lejano, consulta tus dudas con su pediatra o reumatólogo.
Para mayor informacion visita https://www.pfizer.es/salud/inflamacionline/es_artritis_idiopatica_juvenil_aij.html
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